Para quienes nunca han trabajado en medio de comunicación, les cuento que hoy es un día especial en las salas de prensa. Especialmente en la televisión.
Los equipos ya están destinados a los puntos conflictivos de Santiago. Son las 19.00, por lo tanto los chalecos antibalas y los cascos ya están repartidos. Todos se desean suerte y piden cuidarse.
Más de algún colega despachará a la media noche desde algún lugar olvidado de la capital, con casco y chaleco, e informará de los disturbios correspondientes. Más de alguien hará un meme al respecto.
¿Vale la pena arriesgar la integridad física de esas personas? ¿Quién se hace responsable en caso de que pase algo? Exacto, nadie.
El único responsable encubierto es el medio de comunicación, a través del director de prensa y sus monaguillos editores, quienes están detrás de la orden de ir a cubrir una situación que debiera quedar remitida a un breve. Ni eso.
Me tocó estar en harto rock and roll en mi pasada por la televisión, pero nunca logré encontrarle el rol social, el trasfondo, finalmente, el sentido a tener que "informar" esos hechos. No veo dónde está el aporte a la sociedad, que desde el periodismo se debiera hacer, a la hora de cubrir estos acontecimientos que ni si quiera califican como novedosos.
Eso, sin contar que quienes planifican e idean "planes de cobertura" en la comodidad de sus escritorios, exponen a conductores, camarógrafos, productores y periodistas (todos con sueldos de hambre y explotados) con el único fin de tener el mejor mono y ganarle al canal del lado.
Suerte a quienes hoy estarán en la calle.
Y los que están detrás de sus escritorios "pensando" las noticias; o tibios en sus camas mientras otros andan arriesgando el pellejo, los invito a una profunda reflexión sobre qué mierda están haciendo con los noticiarios.
Saludos cordiales, pero sobretodo a los colegas que van a estar en la trinchera hoy... que el mal entendido compromiso con el trabajo, no los supere.
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