miércoles, 30 de enero de 2008

The enemy has your flag!!!

"Los video juegos no tienen ninguna influencia en los niños.
Quiero decir, si el Pac-Man hubiese influenciado nuestra generación estaríamos todos corriendo en salas oscuras, masticando píldoras mágicas y escuchando musicas electrónicas repetitivas"

Kristian Wilson
Nintendo Inc, 1989

¡¡Larga vida a los video juegos y sus creadores!!

lunes, 28 de enero de 2008

Maneja el copete

El ministerio de Salud trabaja en un proyecto de ley que iguale las penas por manejar en estado de ebriedad y bajo la influencia del alcohol, y considere sólo el hecho de conducir después de beber, según informó el capitán de Carabineros José Luis Ojeda.

"Esas son las distorsiones que el actual sistema genera, pero con la modificación que se está planteando habría un sólo estado que sería sancionado con igual penalidad", comentó el uniformado.

De acuerdo a la actual legislación, si el automovilista tiene entre 0,5 y 0,95 gramos de alcohol en la sangre maneja bajo su influencia, y arriesga la suspensión de la licencia, si repite tres veces la falta en 12 meses.

En cambio, si tiene sobre un gramo de alcohol, se considera estado de ebriedad, pero su licencia es suspendida sólo si repite la infracción tres veces en 24 meses.
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Haciendo mi revisión de prensa diaria me encontré con esta “noticia” que afecta a los conductores de este país.

Lo interesante de esto es la reflexión del CAPITÁN de Carabineros, sobre la igualdad de penalidades. Es decir, y en chileno promedio, que si te tomas una cerveza es lo mismo que si te tomas una botella de ron. Por de pronto me parece un tanto ridículo.

Para variar el repugnante refrán “la letra entra con sangre” sale a la palestra de nuestros genios dirigentes y cuidadores, quienes buscan a como de lugar parar en seco lo imparable.

Si nuestros queridos carabineros fueran tan astutos, ¿por qué no se ponen afuera de los restaurantes y bares de nuestro país cada fin de semana a controlar los vasos que uno se toma?. Seguro las municipalidades en dos meses tendrían parques de diversiones para cada barrio. ¿O acaso creen que las personas que salen no toman?, ¿o que efectivamente dichas personas “pasan las llaves” o pagan un taxi?.

Veo que la fuerza publica y los poderes del Estado no saben muy bien donde están parados, o mejor dicho no conocen en profundidad la idiosincrasia del chileno.

Es sabido en muchos lugares del mundo y sobretodo en Latinoamérica que los chilenos somos excelentes bebedores, es decir, que chupamos hasta morir. Eso sin contar que Chile cuenta con el índice más alto a nivel sudamericano de consumo de marihuana entre los jóvenes.

Entonces, amigos míos, Carabineros, parlamentarios y toda la maquinaria de Estado, ¿ustedes realmente creen que endureciendo las penas la gente va a dejar de salir a carretear en auto y no va a tomar?. La reflexión pasa por ahí primero; el chileno se caracteriza por “solucionar” este tipo de inconvenientes.

Desde mi humilde punto de vista, creo que endureciendo las penas no se va a solucionar nada. Lo que debieran pensar estos idiotas es cómo hacemos para que la gente no se mate, porque finalmente es eso lo que quieren parar. Sino, sólo remítanse a ver como se ha cubierto el tema de los accidentes de transito en el último tiempo:

La ingesta de alcohol sería la principal causa del accidente ocurrido esta madrugada en Las Condes, que involucró a tres vehículos y dejó seis heridos, una de ellas con riesgo vital.” (La Tercera, 19/12/2007),

Entre las propuestas está el aumento de los aparatos del alcotest, los que actualmente sólo alcanzan los 180 en todo el país. Girardi indicó que solicitarán uno de estos instrumentos por cada carabinero de tránsito.” (La Tercera, 26/12/2007)

Los accidentes de tránsito por consumo de alcohol son la primera causa de muerte entre los jóvenes. Según Copsa, la asociación gremial que reúne a las autopistas concesionadas, de los 99 conductores y peatones fallecidos en los primeros nueve meses de 2007 en siniestros detonados por el alcohol, 44% corresponden a personas entre 18 y 35 años.” (www.udi.cl, 21/12/2007)

Luego de esto la conclusión es: el que toma y maneja, seguro se mata. Por lo menos así queda expresado en las diferentes opiniones de parlamentarios, editoriales de periódicos etcétera.

Sin duda, y después de todo lo anterior, hay que reflexionar sobre el comportamiento del chileno con alcohol. Es ahí donde está el problema de base.

Pensemos en lo fácil que es comprar un auto. Luego veamos que esos jóvenes que antiguamente salían en micro tienen la posibilidad de adquirir un vehículo. A continuación agreguemos el chiste que es obtener la licencia de conducir. El resultado final es jóvenes borrachos matándose en sus autos nuevos.

¿Por qué no hacemos un esfuerzo y concebimos un sistema que sea implacable a la hora de obtener la licencia de conducir, es decir, que verdaderamente manejen quienes se lo merecen? Ud. señor que es conductor, ¿Cuánto orate ve diariamente al volante, y cuando digo orate, me refiero al idiota que no se mueve de la pista izquierda, que bloquea los cruces, que no sabe que tiene espejos retrovisores, que sólo anda para adelante, que si comete un error le da lo mismo?

El problema señores, es que no sabemos manejar. Consideramos que moviendo el auto hacia delante y los lados estamos en condiciones de salir en nuestros flamantes vehículos chinos a mitad de precio.

Obtener una licencia de conducir es un soberano trámite. Me acuerdo de un caso que escuché sobre la Municipalidad de Providencia donde una amiga de un amigo le dijo a su examinador: “disculpe es que no se cómo estacionarme” y el sujeto respondió: “da lo mismo”. Finalmente esa persona anda manejando por las calles de Santiago con una preciosa licencia de conducir de esa comuna.

¿ No será mejor analizar cómo se obtiene la licencia de conducir en países desarrollados como Inglaterra, Francia o Alemania, antes de concluir que una cerveza es lo mismo que una botella de ron?. Tal vez la solución pasa por eliminar el derecho que las municipalidades tienen de percibir el ingreso por concepto de licencias de conducir, y que dicho proceso sea calificado, tramitado y fiscalizado por una nueva entidad. Algo así como una superintendencia de conductores.

No estoy diciendo con esto que el alcohol no influye en la conducción, pero si los conductores supieran lo que están haciendo detrás del volante, si supieran la diferencia entre manejar y conducir. Si finalmente valoraran un poco su vida y la de los que van en el auto cuando regresan a casa a las 5 de la mañana ebrios y drogados, den por hecho que los accidentes se reducirían en un importante número.
Salud!