Lo más interesante es que hay gente que defiende, avala o justifica lo que Vidal hizo o no hizo; que considera que ir a tomarse un copete en plena concentración es normal y que somos chaqueteros o poco "solidarios" al no apoyar a nuestro Rey.

Ayer mientras aceleraba su Ferrari 458, atrasado a la concentración y con alcohol en el cuerpo no pensó en nada. Y no pensó en nada porque como buen chileno reflexionó:" Naaa que me va a pasarme a mi, si soy el Rey Arturo y los pacos no me van a cagarme. Además que estoy jugando terrible bacán, entonces tampoco quien me va a decirme algo? Nadien po. Cacha negra como pica el auto".
Leía en comentarios de Instagram que los jugadores de Alemania e Italia, entre otros, tenían jornadas libres durante los mundiales y que no teníamos que "darle color" por lo que había pasado ayer. Ellos tienen libre, porque son profesionales de verdad, porque son serios, porque son de culturas y sociedad con identidad y porque finalmente, han ganado cosas importantes. Básicamente han ganado y nosotros no hemos ganado nada.
Más que preocuparme por lo de Vidal, me preocupa lo que habla la gente. Me preocupa que como sociedad estemos tan vacíos; que como país seamos tan pobres cultural e intelectualmente. Que lo único que nos caracteriza es el afán de tener plata, cagarse al del lado y demostrar que tenemos plata y nos podemos cagar al del lado.
Eso lo que tiene que quedar: que lamentablemente años de oscuridad bajó la bota militar y años siendo sodomizados por el neoliberalismo, nos quitaron el alma y la identidad. Vidal es el hijo bastardo de un pueblo olvidado por un par de monedas.