lunes, 16 de noviembre de 2009
Experiencia milenaria
Pero esto raya en lo insólito.
Si!!!, obvio que lo intenté y resulta!!!
lunes, 9 de noviembre de 2009
Der Mauerfall o La Caída del Muro de Berlin
Debo reconocer que cuando estuve en Berlin y por lo auriculares de mi bus de turistas me decían: " a su derecha podrá ver uno de los últimas partes del muro que siguen en su posición original...", un huracan de emociones me invdió por completo. Y sí, alguna lágrima cayó.
No podría relatar la cantidad de cosas que pasaron por mi mente. Recuerdos, sensaciones. Ver la gente caminar por la Puerta de Brandenburgo.....no sé. Muchas cosas. Estudiar la historia es una cosa, tocarla es algo demasiado fuerte.
Acá un buen documental para ver la historia.
Parte 2
Parte 3
Parte 4
Parte 5
Finalmente unas fotitos de mi visita. No son de lo mejor, pero la verdad es que no estaba preocupado de sacar fotos, sino de observar.
Día comun y corriente en la Puerta de Brandenburgo
Recibiendo a la Selección de Fútbol, luego de obtener el segundo lugar en la Eurocopa 2008
domingo, 18 de octubre de 2009
Claudio Palma: un gigante de la oratoria
"Padre, padre, padre querido. Tú que me llevaste por primera vez a un estadio. Viejo, tú que me hiciste conocer de cerca las estrellas del fútbol y que te fuiste antes de lo previsto para estar más cerca de ellas.
Quiero que le cuentes al gran Julio Martínez, quien era tú ídolo. Quiero que le digas al "Gordo" Santibáñez, al "Gordo" Campusano, mi gran amigo. Cuéntale a Fernando Cornejo. Susúrrale a los padres de los grandes goleadores Zamorano, "Chupete" y Caszely que están hermanados viendo como Chile se mete en un Mundial.
Avísale a "Chamaco" y al gran "Mumo" Tupper. Avísale de pasada también a Erwin, hermano de "Polaco". A Franco Carcuro que partió hace poco y a todos los chilenos futboleros que están allá arriba y partieron en forma anónima que el país está de fiesta.
Que un puñado de nobles jugadores nos llevan a otro Mundial. Sí, cuesta tanto estár ahí. Nos gusta tanto este deporte que lo celebraremos como Dios manda. Seguramente habrá peregrinaje en todas las ciudades de Chile.
Te cuento que esta Roja le quebró la mano al destino. Le guapeó en el mítico Centenario a Uruguay con el gran "Matador" en su adiós definitivo de la Roja. Así se despiden los elegidos.
Te cuento que esta Roja en un ambiente canibalesco, lleno de hostilidades, se paró en Lima y le ganó después de 25 años a Perú.
Este equipo se instaló en el techo del mundo, ahí donde cayó estrepitosamente Argentina de Maradona, ahí donde falta el oxígeno, ahí donde todos se ahogan para derrotar a Bolivia.
Te cuento que fuimos a Paraguay y le ganamos en forma inapelable quitándole el invicto.
Te cuento que por primera vez derrotamos a los que bailaban siempre con las más hermosas de la fiesta. Sí, le ganamos a los argentinos en una noche épica, inolvidable... inolvidable de imposibles.
Te cuento que llegó de allende Los Andes un "Loco" lindo. Sí, es verdad. Un tipo obsesivo, profesional, que llegó a buscar su revancha a un país de mentalidad perdedora, a un país del submundo futbolístico. Cómo nos ha hecho creer en la frase "querer es poder".
La vida, la vida amigos y el fútbol... ¡Sí nuestro fútbol es como un camino cuesta arriba! Pero saben, desde acá en lo alto la cima, la cima la vista es genial. ¡Silencio, silencio dije! Que en este sur que milagrosamente existe ya nos llegó el sueño Mundial.
Sudáfrica, Sudáfrica desconocida, espéranos porque quizás será la primera y última vez que estemos presentes en la cita reservada para los mejores. Sudáfrica, Sudáfrica espéranos, allá va la Marea Roja. Sudáfrica, allá vamos.
Queda nada, queda poco. No te apures en dormir que el sueño va a llegar, y el sueño llegó, "Polaco", de la mano de este "Loco" Bielsa y estos jóvenes jugadores, estamos a segundos, a un suspiro de meternos en Sudáfrica (...)
Señoras y señores, amigos del CDF a lo largo y ancho del territorio nacional. Chile, después de 12 años se mete en un Mundial. ¡Sudáfrica, espéranos porque allá vamos...!"
(1) Transcripción extrída de www.lacuarta.cl
lunes, 7 de septiembre de 2009
domingo, 30 de agosto de 2009
sábado, 29 de agosto de 2009
Mantiene tu espíritu con humor.
viernes, 28 de agosto de 2009
Se viene el estallido.
Loco no?.
Pero los hechos hablan por si solos. Las políticas prohibicionistas no han logrado mucho en los últimos.......600 años o más?. En fin. Lo importante es que la tendencia mundial es a dejar de lado la penalización de tenencia, cultivo y consumo de marihuana, y llevar el problema desde el lo penal a un tema de salud.
Varios países están legislando y reflexionando sobre la Marihuana. Ecuador, Uruguay, Colombia, Argentina estan dando un vuelta de tuerca al porro, caño, pito, ganja, cogollo, maría, grass, etc etc. No vamos a hablar de los avances que se están dando en Europa y muchos Estados de Estados Unidos respecto a este tema.
Si hasta la iglesia ha dicho que el tema de la marihuana es un tema de salud y no un delito.
Entonces la pregunta es ¿Qué pasa en Chile?. ¿Qué pasa en el país sudamericano donde más marihuana se fuma?. ¿Será que, al igual que Paola Volpato en Dónde está Elisa, preferimos llegar a las últimas consecuencias con tal de mantener las apariencias?
Un tema que da para mucho...pero del que por lo menos algo se está diciendo en nuestro cartucho y aparantador país.
Recomiendo ver este documental para reflexionar y aprender un poco más sobre la Marihuana.
Y sí, que no te de miedo decirlo.....M A R I H U A N A.....
...para que pueda opinar, digo yo.
lunes, 24 de agosto de 2009
El fin de una Carrera
De hecho, en más de alguna ocación he llegado a plantear el fin del periodismo como actividad rentable pasando a ser casi un hobby o un bonito recuerdo reomántico.
Ya no es necesario LEER un diario para saber qué esta pasando en Chile. No es necesario prender la tele a cierta hora para VER que está pasando. No es necesario ESCUCHAR la radio para informarse.
Todo está en internet. Todo está cuando yo quiero que esté.
Acá les dejo un un interesante video que me llegó via Facebook. Cómo no.
Socialnomics
Digital Ethnography
viernes, 21 de agosto de 2009
Mendigos Ilustrados
Me disfrazo de joven emprendedor y exitoso, para ir a convencer a otro joven emprendedor y exitoso sobre mis triunfos, logros y desaciertos.
Se suponía que la noche anterior iba a hacer una profunda revisión de prensa con el fin de estar preparado para cualquier pregunta de actualidad que me hicieran. No lo hice. Me dediqué a jugar un torneo de póker en internet en cual obtuve el puesto 17 entre más de 400 participantes. Nada mal. No gané un sólo peso, pero sí una entrada a otro torneo en el cual si gano, me dan una camiseta del Colo autografiada y un asiento preferencial en el estadio para el próximo clásico con la U. Las cosas que te emocionan en estos días.
Luego de mi gran logro en el juego de cartas, me fui a acostar. Pensé en todas las posibles preguntas que me haría el entrevistador y en mis posibles respuestas. Reflexiones que no dan ningún fruto pero que sí llenan el espíritu y te levantan la confianza. Conversar con la almohada es una terapia que debieran institucionalizar.
Debo reconocer que la tenida "formal" no es lo mío. No es que no me guste, pero creo que la corbata no garantiza nada. Eso sí, te da seguridad y además da la sensación que irradias éxito, dependiendo de cada persona, eso sí. La corbata no hace maravillas tampoco. El Cisarro con corbata sería una foto surrealista.
Aunque la camisa era prestada y la chaqueta era del terno de mi licenciatura de cuarto medio - al igual que los zapatos - me sentía seguro y sólido. Era un ganador. Más aún, cuando llegas al arribista Espacio Riesco y ves cientos de personas entrando a pie, con frío y tu llegas en auto escuchando las noticias. ( El auto también era prestado y está maltrecho).
Llego al grupo humano que espera con ansias que abran la puerta a, no sólo una feria de trabajo, sino que se abran las puertas de las oportunidades. Del fin de la cesantía y del comienzo de una vida nueva. La esperanza se ve en cada mirada, en cada pucho, en cada café.
La tenida imperante es la formal. Ternos, trajes, harto gel, pelos mojados, maquillaje. Todos disfrazados, uniformados y listos para entrar a jugar sus cartas. Sin duda que la feria de trabajo de Laborum tiene muchas similitudes con un torneo de póker.
Luego de pagar la entrada y que me pegaran un sticker en la solapa, me doy una vuelta para ver de qué se trata. Y pasa lo peor. Me doy cuenta de que no llevaba ningún CV para dejarle a mi entrevistador. El resto de la gente andaba con resmas de sus resúmenes laborales para repartirle al mundo. Yo ni siquiera tenía un lápiz.
Cada empresa con su stand, promotoras y entrevistadores. Ofrecían folletos, dulces y lápices. Me robé uno de ING. Ahora iba a poder escribir algo, si es que era necesario.
Tenía resuelto el tema del lápiz. No se porqué era importante pero me sentía desnudo. Es como andar con puchos y no tener encendedor, siempre hay que pedirle a algún jetón.
- Disculpa, por casualidad puedes imprimir.- Le pregunto a una promotora de Laborum que usa el sombrero coorporativo y que está acargo de unos computadores
- No, pero atrás hay un centro de atención al postulante donde parece que imprimen - Me contesta con una sonrrisa que impacta y unos ojos hipnotizantes.
Me dirigí al cúbiculo de atención.
- Lo siento, no estamos imprimiendo todavía - me contesta otra promotora.
- Gracias - le digo y me largo.
Voy a ver el stand de Copesa. Tres personas y hartos diarios, revistas, folletos, lápices y mil otros cachureos. ¿Postulantes?. Ni uno.
Con ese panorama me tranquilicé un poco, ya que en el de Nestlé, por ejemplo, había una larga fila de postulantes. Y no era el único.
Dejé pasar media hora. Le pedí un diario a una promotora y me conseguí un cafe con otra promotora. !Qué sería de los eventos sin estas esforzadas y buenas mozas mujeres!. Me senté a leer, esperando enmendar lo que había pasado la noche anterior con la revisión de prensa. Pasados 5 minutos, saqué mi lápiz de ING y me puse a hacer el puzzle. ¿Qué mejor?.
Perdí la paciencia y me fui raudo a encarar a la promotora para que me imprimiera el CV. Seguía sin funcionamiento. Me indigné y le dije gracias. Tuve que ir a reclamar para que la roñosa impresora empezara a trabajar. Finalmente conseguí mis miserables hojas llenas de trabajos alternativos y dos medios de comunicación. Uno de ellos de Copesa.
CV en mano, me dirgí al stand de la empresa nuevamente. Me recibe una argentina - que no tenía nada de argentina- y me pregunta la hora de mi entrevista
- Decía de las 9.00 en adelante - le respondo. (Eran las 10.00)
- Perfecto, en seguida te atienden.- Me contesta.
Al minuto reacciona un flaco, desgarbado y con cara de tuto. Me llama y me pregunta si venía a la entrevista. Me hace ingresar al stand y no me dice nada más. Yo me quedo parado a su lado esperando que me invite a tomar asiento, pero él se dedica a preguntar por un lápiz. Esbozé una pequeña sonrisa.
Le doy la mano y me siento en un sillón de lo más incómodo, pero me las arreglé. En eso, veo que el flaco me dice algo pero no lo escucho. Hablaba para adentro el muy puta madre. Entonces decidí mirarle los labios cada vez que hablara para entenderle algo.
Preguntas de rigor y cosas por el estilo. Todo quien haya ido a una entrevista de trabajo sabe a lo que me refiero. De hecho estoy seguro que el flaco se leyó un manual de preguntas la noche anterior. Eso explicaría su cara de sueño y su desgano por hablar con un cualquiera.
Pero apareció otro detalle incómodo. Este veinteañero tenía una mancha en una de sus paletas. Como yo le miraba los labios para entenderle alguna cosa, me quedé pegado mirando la mancha. Seguro que se dio cuenta.
Le explico mi vida, muerte y pasión en el diario pop.
- Si, me acuerdo de tu caso.- Me contesta
- ¿Cuál caso?
- Que querías hacer la práctica y como ya la habías hecho, preferimos darle la oprtunidad a otra persona.
- Si, entiendo. Pero igualmente salí muy frustado de esa oficina y me fui directo a habalr con el editor general de La Cuarta para explicarle mi caso y ver cómo lo solucionábamos. Me dio mucha rabia que me dijeran " lo siento acá no tienes ninguna oportunidad".- Le cuento
-¿Quién te dijo eso? - Me pregunta, al mismo tiempo que abre un poco más los ojos y me presta un poco más de atención.
- No me acuerdo, fue hace tiempo - Objetivo cumplido, pensé. Había logrado que se concentrara en mí.
La conversación fue mas relajada luego de ese diálogo. Yo me había soltado y estaba claro en todo lo que tenía que decir. Sabía que el soñolieto muchacho me iba a escuchar con atención.
Al terminar la entrevista, que pasó desde trabajos anteriores, vida personal, intereses profesionales, fortalezas y debilidades, me dice:
- Bueno, te podemos llamar mañana o dentro de un mes. Tú sabes como es esto
- Lo se - y sonrío
- Pero igual vas a quedar en nuestra base de datos- me alienta.
- Ok- le digo. - Gracias - y me levanté
- Saca un lápiz de la mesa y llévate una de esas bolsas que están allá, me dice.
Veo en la mesa y hay dos tipos. Recojo uno y veo que dice La Tercera. Veo el otro y dice La Cuarta.
-Este me llevo, si igual le tengo cariño al diario pop- le digo, mientras camino a buscar la bolsa llena de productos Copesa. El flaco me sonríe de vuelta.
Me di un par de vueltas por la feria viendo como cientos de personas ponen todas sus espernazas en reclutadores que de seguro, luego de la quinta entrevista, sólo quieren irse para la casa. Más que mal, deben escuchar las cosas más insólitas y aburridas y sin sentido....en fin.
Salí de ese galpón pensando en que ojalá me llamen para algo. Para lo que sea en realidad. Y eso me puso de mal humor. Siempre es " lo que sea". Nunca se puede elegir o por lo menos andar cerca de lo que uno quiere, salvo contadas exepciones.
Es lo mismo que los mendigos en la calle. Estiran su tacho esperando lo que sea. "Todo sirve" dicen algunos. Yo me sentí mendigo. Pero estoy seguro de que no era el único que se sentía así.
miércoles, 24 de junio de 2009
Mister President´s moment
"Mister President, can we have a picture with you?". Pienso en ese momento, en lo que la periodista de ADN (Beatriz Sánchez) estaba sientiendo cuando salió con el pastelito de pedir una foto. Y me pasan cosas. Algo así como verguenza ajena. Aunque también no puedo dejar de pensar en la viveza del chileno, característica que odio y admiro al mismo tiempo.
Pero volvamos al "Mister Presidente". Yo estoy seguro que toda la tropa de periodistas ( lo de tropa es sólo sana envidia, si es que la envidia puede llegar a ser sana) se fueron en el avión, derechamente carreteando, usando sus notebooks, palms, balckberries, Iphones, Ipod, Iwhatever; pensando en dónde iban a ir a comer, a seguir chupando, a comprar etc etc. Y a más del alguno se le ocurrió: "Nos podríamos sacar una foto con el negro o ¿no?"
Según la prensa, LUN específicamente, la idea fue de Beatriz Sánchez quien luego de finalizar la conferencia de prensa, se la jugó por una postal para el recuerdo. Y claro, fue portada y todo el mundo no para de hablar de la foto, del momento distendido...y de la popular salida de protocolo del Mister President, dejando de lado el resto..dejando de lado, por ejemplo la cojonuda, pregunta de Amaro Gómez-Pablos sobre el papel de la CIA en las dictaduras latinoamericanas y sobretodo en la chilena (lo más triste es que ni siquiera habla como chileno),Se nota que el tipo no fue a perder el tiempo y preguntó algo que valía la pena a Obama. En Fin.
El tema es la foto (click en la imagen para agrandar). Y en verdá creo que la foto nos refleja en glora y majestad. Si miramos bien, todos representan. Por ejemplo: Rodrigo Mendoza, camarógrafo de Mega, que está justo bajo la Presidenta, creyó que era la foto de un equipo de fútbol y se metio igual que un garrero en una foto del Colo del año noveta y tanto.
Cony Santa María y Catita Edwards, aparecen todas cocorocas al lado de Bachellet, ellas están disfrutando el momento desde su perspectiva pelolais. Si en vez de Obama, fuera el Ratón Mickey, tendrían la misma cara.
Amaro, cabrón como siempre, sale al lado de Barack. El gordito con barba de la izquierda es de Cooperativa, y representa a todo el sector emergente de la sociedad chilena, ese clase media que en base a esfuerzo logra las cosas. Paula Escobar de El Marcurio (la "rucia" que está al lado de la Presidenta), según LUN "a lo Jenifer Aniston" (¡¡por Dios!!), es la mina cuica, pasadita de edad, que quiere ser regia todavía, que su marido seguro es Opus o Legionario y que a todas luces está muy mal atendida (he ahí su experesión). Y la chicoca de la ADN que está en primera fila. Más que mal ella fue la de la idea.
Pero sin duda el más singular es Fernando Paulsen. Lejos el chileno más gringo de toda la delegación.....y cómo no. Él pertenece a una fellowship en una universidad gringa, juega golf y seguramente toma de desayuno huevos con tocino. Entendía que sus "compatriotas" le rogaran por un foto al mister President. Él, sin embargo, aparece con una sonrisa casi para la foto, se nota molesto, pero satisfecho. Cito a LUN : "Paulsen, porte y distancia de estadista".
Yo no creo eso señores de LUN, yo creo simplemente que Paulsen, más gringo que chileno, no le gustó la idea de la foto desde un principio, seguro la encontró chabacana, tercermundista y con poca altura de miras. Por eso que sale atrás. Low profile, en sus palabras. Pero tenía que aparecer, estaba obligado. El periodista ancla del canal del presidenciable no podía no figurar. Y él lo sabía.
Y además, si no salía en la foto, la Cony y la Cata lo iban a tratar de amargo, aunque igual después se fueran a almorzar juntos. Por eso que sale atrás con una sonrisa más falsa que Judas. Me la juego por creer que sus compañero de la fellowship gringa lo llamaron para joderlo por la foto.
No digo que no puedas sacarte una foto si tienes la oportunidad, pero trata de que por lo menos no se note tanto, creo yo. O por último que no salga en los diarios, que quede como una cosa personal.
Pero eso demuestra que desde pokemón a pelolais, desde flaite a cuico, desde guaren a rugbista, somos todos bananeros.
lunes, 8 de junio de 2009
Arturo Prat
Y lo enganché precisamente antes de que empezara la batalla. Todo el cuento anterior, reuniones con unos cualquieras de Valparaíso por la guerra y bla bla bla. Hasta que empizan a aparecer las escenas Prat y su tripulación en La Esmeralda, con el Pacífio extendiéndose por un lado y las costas de Iquique encumbrándose por el otro.
Todo bién hasta el momento. Pero a los pocos segundos empiezo a cachar lo triste de la escena. Eran unos dibujos hechos en cumputador, lo que al parecer era un avance en la galopante cinematografía actual. De hecho una par de semanas atrás vi el "Behind the Scene" que le hizo el propio Canal 13 con los actores encaramados en unos andamios con un telón verde fosforescente de fondo. ¡Notable!, dije yo.
Pero el resultado que estaba viendo, en la miserable tele de 21´ de mis viejos, era raro. No era como a lo que nos tiene acostumbrados Hollywood. Ahora claro, que como dice una amigo, "las cosas caen de arriba para abajo", no podemos comparar sandías con pepas ají. Osea, NO.
Y ni hablar de las apariciones del Huáscar. Un juego random de computador tiene una gráfica más digna. Pero en fin. Eso era algo esperable. No creo que los recursos hayan sido muchos, pero no se olviden que hay gente que ve eso. Un mínimo respeto.
Filo, dije, hay que verlo. Entonces veía un poco de Prat y veía un poco del partido de Chile v/s Francia en Toulon. Jajajajaja Si, Toulon!. Pero el caballero de los billetes de 10 me empezó a enganchar. Y me quedé viéndolo. Y ahí empecé a cachar que verdaderamente era humilde la producción. Las siluetas de los personajes se notaban en contraste con el fondo. El agua dibujada no se movía. La espuma del Huásca ( hay una escena tomada desde debajo del agua) en la que el barco se acerca y en el agua va dejando una estela de espuma. Ese dibujo era chanta, mal hecho.
A lo que voy es que no creo que la tecnología acá sean tan penca. No me trago ese cuento. Creo que aca hay gente muy pro en lo que hace pero que no sé por qué no están haciendo esas cosas. En fin, esa es reflexión de otro momento.
Entonces dejé de lado ese detalle de los d-efectos hechos a la rápida y "baratito no más". La historia estaba más o menos entretenida. Pero me di cuenta que lo único que me tenía viendo esa porqueria, era que yo quería ver el salto de Prat al Huáscar.
Tuve que empezar a verle cosas buenas a la película para poder estar atento al salto.
Hasta que empieza el mambo. Que "hay que arrancar", que "Vámonos". Pero Arturo Prat les dijo que se quedaran y todo esa historia manejada por todos.
Ya!, dije yo. Ahora se viene el salto. Y bueno. Saltó.
La película se derrumbó. Para mi, el salto de Prat es lo que lo hace merecedor del título de Héroe, es la imagen que aparece en todos lados ( seguro que BancoEstado va a salir con un pato disfrazado de Prat).
Y estos cabrones hicieron un salto tan penca. Tan chanta. Tan mal hecho. Que Prat era un marino más que estaba saltando. No había diferencia en el salto de uno ni de otro. Es más, había un cabro que represnetaba unos 16 años, que era el que le hacía la "mayordomía" a Prat, de apellido Carrasco, que su imagen saltando es mucho más heroica que la de Arturo Prat.
Un salto ......imagínense estas tomas que hay de atletas saltando una vaya. Era lo mismo. Duró 2 segundos como mucho. ¿La música?. Como habrá sida de miserable que ni me acuerdo si hubo música. En ningún momento le muestran la cara durante el salto, para darle un poquito de intensidad, digo yo. No. Nada. Una toma plana, amarga y gris.
Prefiero comprar las laminitas a un compadre de la micro y les aseguro que esos dibujos están contando la historia de un Héroe. El pelao salta al otro barco a tomárselo. Si su lancha de madera estaba frita desde un comienzo. En esas humildes láminas de carton que valen una miseria, ves a Prat saltando con el sable apuntando al cielo, en colores. Si está saltando un Héroe po flaco!!! no un cualquiera. Esa lamina roñosa creo que le tiene un poco más de afecto a un pelao orate que le dio lo mismo que se lo pringaran. "A fierro no más" (citando jerga militar xD).
Y saltaban todos, lo seguían.
Acá salta y lo siguen como tres flacos calenturientos. Que se van a piso apenas tocan el Huáscar. Prat quedó parado y empieza a caminar, escondiéndose en unos tubos de ventilación. No hay nadie mas en la escena. Esos dibujos de cuarta, una música que no me acuerdo, Prat escabulléndose por entremedio de esos tubos. Hasta que gira en uno y muestran a un milico peruano apuntandoles desde una rendija.
El cholo apunta y le acierta un sendo tunazo en la frente a Prat.
Por lo que recuerdo, "pelón" cae en el barco y se chinga a varios, por lo menos eso recuerdo de los miles de recortes que vi cuando pendejo y que sigo viendo hasta ahora. Pero aquí no. Prat salta y se empieza a escabullir entremedio de los tubos, todo cagao, y depués cae con un orificio en la frente. Y sería. Y cagó el Héroe y se hunde La Esmeralda y listo.
Yo me paré indignado y apagué la tele. Más encima, la transmisión tenía una franja abajo que decía : "Emisión especial para colegios". Osea, que más encima, y seguro que si, no fueron pocos los colegios que organizaron la mustra del capitulo como actividad extraprogramatica, y a los más grandotes que hicieran un trabajo. Ect, etc etc.
¿Y que mierda les estás mostrando?. Un pelicula cultural, miserable, amarrete, pobre. Un medio con el que estay adoctrinando a los pokemones, pelolais, emos, pinganillas, etc etc. ¿Cómo carajo esperas que sientan algo por sus símbolos patrios?. Si les muestras un pelao random, que salta igual que el resto de los marinos que lo siguieron, que decide invadir porque era la unico que le quedaba, que se la juega. ¿Muere escondiéndose?. ¿No creen que podrían haber hecho algo un poco mejor?. Por lo menos algo que no desprestigiara la figura del Pelón. Osea mínimo que no lo tiris para abajo. Agrándalo.
Lo hundieron.
Me preocupa lo poco ambiciosos que llegamos hacer los chilenos. Estás haciendo una película de unos de los grandes. !Loco! !Está en un billete!. Párala. Era la gran oportunidad de levantar una héroe, la gente necesita héroes. El fútbol alcanza, pero tu y yo sabemos que nos vamos a tener que conformar. Que no vamos levantar la copa.
Por eso, que dentro de lo poco que tienes, hay que agarrarse de todo y agrandarlo. Que la gente se identifique.
Piensa en esto. Hay algo que está muy de moda entre la cabrería de hoy. Ser Choro. Es la idiotez más grande que puede haber, de hecho es un signo de involución creo yo. Pero es lo que hay.
¿Por qué no me presentaste un pelao choro? ¿Uno que cuando él saltara, yo quedara pegado en la tele?. ¿Cómo se te ocurre matarlo así?. Mira, seguro que viste El Señor de los Anillos (porque por muy cultural que seas, igual te gustaría estar en Hollywood). En La Comunidad del Anillo, sobre el final, matan a Boromir. Seguro te acordaste cómo lo mataron. O aun mejor. Y más fácil todavía compadre.
Vio 300.
Ya. ¿Cómo muere el gran Leonidas?. Esa película muestra a un héroe. No el mamarracho que presentanste.
No costaba nada echarle una miradita a la película esa y sacar un par de ideas. Si total lo hacen siempre y lo hacen mal, pero igual le gusta a la gente. Que irónico.
Un par de cositas y la pelicula de Prat habría sido presentable. No podis hacer de una pelicula un libro de historia, queda fome. ¿Ok?
Se la perdieron no más. Para la otra será. Vean Elisa. No es la gran serie de misterio. Porque nadie habla de la desaparición de la niña, sino de quién se metió con quién. Pero entretiene. Se fijan en todo ese tipo de cosas en las que uds se debieran fijar.
Así que ya saben, una vueltita al Blockbuster, $790 los martes, no creo que sus bolsillos se vean afectados por miserable suma. Un poco de cable. Y algunas lecturas de internet. Si por alguna parte hay que empezar.
jueves, 29 de enero de 2009
Tres semanas con una madre pastabasera
Pero hoy me dio una sorpresa...una buena. Como es de esperarse algunos compañeros de la U están en mi lista de "amigos", aunque realmente no los son, pero asumo que los genios creadores de Facebook no se iban a poner a reflxionar sobre el concepto de amistad.
En fin....el cuento es que hoy me meto a fisgonear qué estaba pasando en mi mundillo privado de facebook y me topé con una sopresa. La Universidad Alberto Hurtado entrga un premio de llamado "Periodismo de Excelencia", donde una compañera de la U quedó finalista en la categoría reportajes.
Estas son el tipo de cosas que sólo por Feisbun te puedes enterar. El asunto es que mi reflexión fue la siguiente: "Si quedó como finalista, algo tendrá el reportaje ese".
Como tenía tiempo, lo lei. La historia es notable; está contada de manera impecable; es un gran reportaje. No me lei el que ganó porque me dio lata. Además que para mí el reportaje nos sitúa en un mundo de esos que no vemos porque simplemente cerramos los ojos.
Ahora que trabajo en un medio el cual esta sitiado por gente de la U, me di cuenta que pese a que estoy en contra de todas las políticas educacionales de dicho centro de estudios, de las formas, procesos, modos y en que se enseña (o por lo menos se hace el intento) el oficio de periodista, algo pasa en esas aulas horriplantes, incómoda y frias, que hace que los que de ahí salen tengan algo especial. No sé que carajo pueda ser, pero "eso" es lo que difinitivamente marca la diferencia entre unos y otros.
Depués de esta lata, lo invito a que se lean la historia de Javiera Droguett Garros (20), que vive en la villa Los Andes de Puente Alto. ¿Su gracia?: es seca pa la pasta.
Felicitaciones Carla Celis*
Por Carla Celis • Fotos Alejandro Olivares
(25 JULIO, POBLACIÓN LA ESPERANZA)
Las contracciones empiezan a las dos de la madrugada del 25 de julio. Javiera viene de la casa de Naty, una de sus mejores amigas, y anda por la población La Esperanza, con su guata de siete meses. La Esperanza es una zona dura dentro de Puente Alto, pero Javiera no tiene miedo. En realidad, ella es uno de los motivos por los que esa villa tiene mala fama.
Se sienta en una plaza vacía, enciende su pipa hecha con un codo de cobre y aspira varias veces la pasta base quemada. El fuego le ilumina la cara con cada “pipazo”.
La droga le tensa la mandíbula; y su mirada, normalmente viva, parece apagarse, como si Javiera hubiera desaparecido y sólo quedara su cáscara. Luego, en esos restos de Javiera se instala la angustia y para calmarse se pellizca la cara y se rasca la cabeza con movimientos maquinales.
Adentro de su vientre, la criatura se agita.
-Yo creo que le gusta la pasta, por eso se mueve tanto cuando me doy un pipazo-, dice Javiera.
Las contracciones se vuelven tan intensas que decide partir donde “El Pelao”, un amigo que siempre la recibe. Camina dos cuadras y se tiene que encoger por las puntadas.
Apura el paso. Por detrás, el embarazo no se le nota. Con la pasta no siente hambre. A veces se compra una leche y galletas sólo porque en el consultorio le dicen que tiene que hacerlo.
Donde “El Pelao” se siente demasiado mal como para dormir. Saca un cigarro y va al baño. Se queja. “El Pelao” le grita que no haga tanto escándalo.
A las cuatro del día siguiente, cuando está en la cocina siente que un chorro le corre por las piernas.
-¡Pelao, se me rompió la bolsa!-, grita.
Se toca la entrepierna y siente la cabecita del bebé. Se pone en cuclillas a la orilla de la cama y permanece así hasta que, una hora después, llega la ambulancia. Nadie la acompaña al hospital y allá, no le ponen anestesia. Dicen que el niño nacerá antes de que le haga efecto.
-Yo gritaba ¡me voy a morir!- cuenta Javiera, entre risas.
Así fue como nació su hijo. Su segundo hijo, en realidad.
“CON LA DUREZA NO HAY DOLOR”
(26 DE JULIO. MATERNIDAD DEL SÓTERO DEL RÍO)
Javiera Droguett está en la última habitación, al final del pasillo. En cada cama hay globos o ramos de flores y en el suelo, envoltorios de regalos. Al lado de Javiera, las visitas se ríen fuerte, como si estuvieran solos. Todos quieren tomar al bebé y le hablan impostando la voz. Le encuentran la nariz parecida al padre, los ojos de la madre; la abuela dice que todos los niños de su familia son así. La guagua pasa de brazo en brazo, en esa ancestral ceremonia de bienvenida al mundo.
Javiera está de espaldas al gentío. Nadie la vino a ver, ni su mamá. En su velador no hay regalos, ni flores, ni comida. Sólo un pocillo blanco de plumavit que usa para sacar agua de la llave. Mira a través del ventanal que hay al lado de su cama. Es una tarde soleada, su hijo está en una incubadora, ella tiene lágrimas en las mejillas.
-Siempre que estoy acostada me lloran los ojos- se excusa, mientras se sienta en la cama. Luego comienza a hablar sobre su hijo, animadamente.
-Yo creía que iba a ser niñita. Me hice tres “ecos” y las tres decían que era mujer. Si hasta le tenía nombre: Anaís Almendra.
¿Tú mamá no ha llegado?
-No creo que venga. Tiene hartas cosas que hacer ... ¿Querís verlo tú? ¡Salió terrible rucio! ¿Querís verlo?
Javiera se pone zapatillas y una bata prestada. El niño está en la sala de cuidados básicos. Pesó un kilo 900 y midió 44 cm.
Javiera se queda dándole leche. Cuando sale, después de unos minutos, cuenta que lloró.
-Es que es tan chiquitiiitoooo que me llega a darme pena.
¿Qué te da pena?
- No sé. Es que además pienso en ese huacho culiao del papá que no lo viene ni a ver. A veces dice que no es suyo y me da más pena. ¡Se ve tan solitooo! Me tiene a mí no más. ¡Y me pooongo a llorar! A veces una se pone a pensar tonteras, por eso es mejor no pensar. Por eso fumo pasta, porque la pasta te pone estúpida. Si fumo marihuana empiezo a pensar en todo lo que me pasa, por qué estoy sola, por qué quedé embarazá, por qué me toca vivir esto y aquí y allá. La marihuana me trae todos los recuerdos culiaos, de que tengo un hijo, que ahora voy a tener otro, que no soy capaz de hacer ninguna hueá. Me acuerdo de todo. Pero si fumo pasta quedo hueoná, me voy no más, quedo en blanco. Con la dureza no hay dolor.
Javiera vuelve a su cama. Pese a que terminaron las visitas la Valeska y “el viejo Polo”, logran colarse. Javiera está feliz de ver caras conocidas. Valeska cuenta que más tarde se va a juntar con sus amigas a tomar y fumar pasta hasta quedar en el suelo. O sea a “zumbarse”. Javiera se ríe: “venís a puro sacarme pica, cabra culiá”. Entonces la Vale saca de su bolso un regalo para la nueva mamá. Cinco papelillos de pasta, “pa antes de dormir”, le dice. Javiera los mira. Está a punto de recibirlos. Ganas no le faltan, pero los rechaza.
-Si me pillan, me quitan al cabro chico- explica.
El “viejo Polo” también le trae papelillos. Él le da pasta a cambio de sexo. Pero tampoco le acepta.
Valeska se ríe. “¡Estai cambiá, Javiera!”, le dice. Y mirando los papelillos, agrega, “bueno, no los vamos a perder po, jaja” y se va al baño de la sala común.
Sale sonriente, con la mirada perdida. Apenas se despide de Javiera.
(28 DE JULIO. MATERNIDAD DEL SÓTERO DEL RÍO)
Javiera pasa su segunda noche en el hospital. Está desesperada. Su cuerpo le exige pasta; su mente, despejada, está llena de pensamientos que la angustian. “Cuando me den la libertad, lo primero que voy a hacer es zumbarme”, promete.
A la hora de las visitas su madre vuelve a faltar. Tampoco aparece el Bicho, el padre de la guagua. Sólo llega Ana, una vecina que anda visitando a su hija que también parió.
Ana conoce a todas las pasteras de Esperanza porque ella misma, a sus casi 50 años, fue adicta. Dice que hace un año que dejó el vicio y ahora se preocupa de recoger a las niñas cuando las encuentra tiradas en algún pasaje. Les presta ducha y ropa; también las reta e incluso les pega, cuando no le obedecen.
-Si las culiás no se quieren parar, o dele con seguir fumando, a puras patás me las llevo pa la casa a las hueonas. Si no, pregúntenle a la Javiera, que una vez me la encontré botá en La Esperanza, pasteá como de dos semanas. Ni me hablaba, pero igual se le movía la boca pa todos lados de lo dura que estaba, jaja. Yo le decía: ‘¡Ya, párate, conchetumadre!’ y ésta no me quería hacer caso, hasta que me la llevé no más-, cuenta Ana. Y las dos se ríen.
A Ana le mataron a un hijo hace seis meses. Se llamaba Eduardo y ella lo vio desangrarse. Pero es una mujer achorá y parece haberlo superado.
Antes de irse, le ofrece a Javiera que se quede en su casa un tiempo, para que tenga donde estar con el niño. Javiera dice que lo va a pensar.
Al día siguiente, temprano, Ana aparece de nuevo. Tiene todo listo para recibirla. También le dice que su familia estuvo pensando un nombre para el niño: “Jeicson Eduardo”.
-A mi mamá no le va a gustar. El Michael (su primer hijo) iba a llamarse Joshua y mi mamá me mandó a la chucha, porque no lo podía pronunciar.
-Pero le pueden decir Eduardo. Si el nombre Eduardo se lo vamos a poner por mi hijo que me mataron. Va a tener cualquier chapa la guagua ahí- le rebate Ana.
Javiera se levanta a ver al niño. Cuando regresa está decidida a fugarse. Le pide a Ana que le lleve su ropa en una bolsa y la espere en el baño del primer piso. Ella va a bajar con la excusa de ir a ver al bebé y se encontrarán allá. Pero primero debe entrevistarse con la asistente social para saber cuándo le darán el alta a su hijo. Ana ofrece decir que es tía de Javiera, y que vive con ella hace tiempo. “Para que vean que la guagua no va a quedar botada”, explica Ana.
Con la asistente, todo marcha bien. A cada pregunta, Javiera lanza una respuesta apropiada. Explica que vive con Ana y que no le falta nada. Cuenta que el padre de su hijo está en Iquique pero que viene viajando. Admite que consumió pasta, pero sólo hasta que se enteró del embarazo.
-¿Y de qué vives, Javiera?
-Trabajo de temporera en Pirque- responde.
-Muy bien, me alegro de que hayas salido de la droga, te recomiendo que termines cuarto medio, porque sin estudios no vas a ser nada- le aconseja la asistente.
-Tengo muchas ganas de estudiar- asiente Javiera.
Cuando vuelven a la habitación, Javiera y Ana estallan de risa
-¿Me viste la cara pa mentir? Ni me arrugo, jaja-, dice Javiera.
-La asistente se compró toda la hueá- agrega Ana.
Una hora después Javiera está en la calle, sin su guagua. Lo primero que hace es ir donde el padre de su hijo, el Bicho, un traficante de la Esperanza.
“NO TENÍA NADA, QUERÍA UN HIJO”
Javiera ve a Michael, su primer hijo, de vez en cuando. El niño tiene 4 años y vive con su padre, El Brayan, a dos cuadras de su casa. Con el Brayan se conocieron cuando ella tenía 13 y él, 20. “Un día salimos y me lo tiré al pecho al tiro, jaja”, recuerda Javiera.
Después de una pelea con su mamá, él le dijo que vivieran juntos. Al tiempo le pidió que tuvieran un hijo y ella aceptó. Llevaban sólo un mes de pololeo.
-Es que yo estaba enamorá, po. Y además no tenía nada y quería un hijo. Estuvimos tres años y medio intentándolo. Me costó caleta, caleta, no salió de chiripazo- cuenta Javiera.
Tenía 16 cuando quedó embarazada. Durante los siguientes meses fumó marihuana con frecuencia.
-Yo iba al colegio embarazá y el loco me iba a buscar y a dejar con tal que yo no me desapareciera. Pero cuando se iba pal centro a “salvar” (robar), yo desaparecía y me pillaba más volá que la chucha”, cuenta Javiera.
Michael tenía apenas seis meses cuando se acabó la relación. Javiera había probado la pasta y ya no tenía control sobre sí misma. Se perdía días enteros y dejaba a su hijo solo. Las peleas con Brayan eran frecuentes.
-Él me pegaba y yo me pasteaba para no sentir dolor.
Volvió a la casa de su mamá con su hijo. Jovino, el padre de Javiera, recuerda bien ese día:
-Apenas llegó, lo dejó durmiendo y se fue. A las doce de la noche el niñito lloraba de hambre y no sabíamos qué darle. Salimos a buscarla, pero no estaba. Le tuvimos que pedir un poco de leche a una vecina. La Javiera llegó a las 6 de la mañana. No la dejamos darle pecho, porque venía drogá.
-Al final preferí que mi hijo se quedara con el Brayan -resume Javiera. “A lo mejor no iba a sufrir conmigo, pero se iba a quedar solo igual. A veces, cuando voy pasando por su casa, drogá, igual me saluda. Me grita: “¡Hola, mamá Javera!”. Y si tengo moneas igual le paso, le compró su yogurt y un par de zapatillas de repente. No porque esté metía en la volá le voy a dejar de comprar sus cosas. Yo puedo ser la maraca más grande, pero soy la mamá del niño.
Javiera dice que quiere a Michael más que a su vida. Está orgullosa de que no hable garabatos y que ya esté yendo al jardín. “El otro día me dijo los colores en inglés. Jaja, es más inteligente”, comenta satisfecha. Sin embargo, cuando están juntos, no alcanza a pasar una hora y ya no lo soporta.
“¡Quédate tranquilo, cabro culiao! ¡Puta que webiai, pendejo piullento! ¡Me tení chata!”, le dice Javiera.
Cuando él le muestra unas fotografías de pollos que encontró en una revista, le dice: “Mira, mamá Javera, unos pollos”. Ella lo mira de reojo y le responde: “Obvio que sí, ahueonaaaooo”.
Luego de un rato, Javiera saca un pito y se instala al lado de su hijo a fumar. Con el humo aún retenido en los pulmones, le pregunta al niño: “Y vo, ¿vai a fumar o no vai a fumar pitos?”, y le tira el humo en la cara. Michael la mira y sigue en lo suyo. Cuando se aburre, porque ella no le presta atención, empieza a tironearla para que se vayan: “¡Llévame a mi casa!”, le dice.
Ella lo toma bruscamente del brazo y lo va a dejar. Abre la reja, lo entra y se va sin despedirse.
Su segundo hijo, que pasa varios días sin nombre y que la espera en la incubadora del hospital, fue un accidente. Ella no planeaba quedar embarazada del Bicho. Pero en algún momento tenía que pasar, pues no usa condón. De todos modos, nunca pensó en abortar, porque el Bicho le gusta.
(29 DE JULIO. MATERNIDAD DEL SÓTERO DEL RÍO)
El Bicho dice que se hará cargo del niño y que le va a poner Alan. A Javiera, la noticia la deja tan tranquila que decide no “zumbarse” y se acuesta temprano.
Al día siguiente, ambos parten al hospital. Sin embargo, en la sala de cuidados básicos, sorprenden a Ana dándole leche al pequeño. Para que la dejen entrar, se ha hecho pasar por su abuela.
Javiera la encara.
-Conmigo va a estar bien cuidado. Y así tú podí hacer la weá que querai. Podís salir a zumbarte sin problemas. ¡Déjame al niño!- le dice Ana.
Todo empieza a quedar claro entonces. Ana ha estado yendo todos los días porque ese niño es una forma de recuperar al hijo que perdió hace seis meses. Para Javiera, en cambio, la guagua es lo que la une al Bicho y no va a dejar que nada se interponga en eso.
-No vengai ná con hueás- le contesta Javiera -No te quiero cerca del cabro chico.
Luego va donde la asistente social para decirle que Ana no es su tía ni viven juntas. La asistente ya sabe que todo es mentira, pues Ana le habló en la mañana y le dijo que Javiera era adicta y se pierde durante semanas.
Javiera se defiende como puede. Asegura que dejó la pasta y que el papá se quiere hacer cargo de la guagua... La asistente no dice nada.
A la salida Javiera le cuenta al Bicho lo que ha ocurrido. Y cuando éste encuentra a Ana en el hospital, la toma violentamente del brazo:
-Si no querí que te haga una animita al lado de la de tu hijo, mejor que no te metai con mi cabro chico.
Ana dice que sólo tenía buenas intenciones y desaparece.
(4 Agosto, Población Los Andes, Puente Alto)
María Garros, la madre de Javiera, tiene 76 años. Pero no es su verdadera madre. En el living de su casa cuenta la historia.
-Recibí a la Javiera en marzo del 1988, cuando tenía más o menos un mes. La verdadera mamá se llama Marcela, la tuvo en Los Ángeles y vino a dejársela a la abuela. Y la abuela me la pasó a mí porque en donde estaba trabajando no la aceptaban con la guagua. Yo no quería otro niño, pero vi tan afligida a la señora que terminé aceptando. Me pasó cinco mil pesos y me dijo que me iba a mandar la leche y todo lo que la guagua necesitara cada mes. Pero no supe nada de ellos hasta que la Javiera cumplió como ocho meses. Entonces vino la mamá. Yo la tenía acostadita en un sillón, durmiendo. Y entró la señora y se quedó mirando. Ni la tomó en brazos, ni nada. Estuvo como diez minutos y lo único que hacía era mirarla. Se sentó, me preguntó si se portaba bien y nada más. Después cuando se fue no me dio ni las gracias. Nunca más vinieron a verla.
Javiera se enteró de su origen a los 8. Un día llamaron a María de la escuela porque la niña le había pegado a alguien. Por entonces ya tenía mala conducta. El director preguntó “¿qué es de los padres de esta niñita?”.
-Y justo ella entra en la oficina y escucha todo. No se puso a llorar ni puso ni una cara. Entonces yo le dije: “la otra mujer, la que te parió, nunca la vi. Tu abuela fue la que te entregó por cinco mil pesos”. Ella se quedó callada, no dijo nada como en cinco minutos. Después me miró seria y dijo: “¡Aah, yo no quiero a esas otras viejas!” y salió corriendo de la oficina.
Solo cuando Javiera cumplió 18 años, volvió a saber de su madre.
-El año antepasado me llamó por teléfono esa señora. Llamó justo pal día de la madre, pa que la fuera a verla. Dijo que la habían operado de un riñón y que quería que la perdonara y no sé qué más. Yo le dije que qué venía a pedirme perdón si ya habían pasado 18 años. Le dije: “¿Sabe qué? no quiero conocerla, no estoy ni ahí, y si se aparece por acá la voy a agarrar a coscachos. ¿Sabe que más? Feliz día”, y le corté, jaja.
(5 AGOSTO, POBLACIÓN LOS ANDES, PUENTE ALTO)
Javiera vive en la villa Los Andes, en Puente Alto. Al lado está La Esperanza, donde ella va a comprar y a fumar pasta. Allí es mejor no entrar si no tienes un conocido. Incluso la policía solo anda por la periferia de las siete manzanas que forman La Esperanza. De noche, cuando alguien mira hacia el fondo de los pasajes con los faroles quemados, solo se ven decenas de pequeñas llamas, como luciérnagas, que son la pasta ardiendo en las pipas de cobre. De día no se ven las luces, pero la pasta se sigue quemando. Los hombres se financian macheteando o robando. Las mujeres también se prostituyen. Javiera, por ejemplo, se ha acostado con el “Viejo Polo” por 5 papelillos, o sea por 5 mil pesos.
Ahora estamos afuera de la casa de Javiera y es de día. Al fondo de la calle pasa Yessenia, con cara de perdida. Viste pantalón de buzo rojo y una polera blanca. Lleva el pelo recogido con una cinta verde. Tiene aproximadamente 18 años y entre sus manos sujeta un codo de cobre que se lleva a la boca. Acerca el encendedor y quema. Se detiene dos minutos. Se frota los brazos una y otra vez. Camina una cuadra y se para de súbito como si hubiera recordado algo. Se da vuelta y grita:
-¡Yapo, hija, apúrate, po!
Una niña de poco más de un año está agachada jugando con unas piedras. Mira a su madre sonriendo y avanza con pasitos cortos hacia ella. Yessenia la espera un momento, pero antes de que la pequeña la alcance, empieza a caminar otra vez, saca la pipa y quema. Nuevamente se voltea y vocifera: “¡Yapo, Cony, que no tengo todo el día!”. La niña intenta alcanzarla, pero ella es demasiado rápida. Estira los brazos para que la tome, pero la joven la ignora. Cony llora. A Yessenia no le importa. Continúa su camino hasta perderse al final del pasaje. La niña la sigue.
En el barrio, es común ver a adolescentes embarazadas y niñas paseando con pequeños de un año, mientras fuman pasta. Javiera es solo una de ellas. Incluso puede ser una de las menos dañadas.
Mirando a Cony es inevitable pensar en la historia de Javiera. Los niños abandonados, regalados, entregados a cambio de 5 mil pesos, no desaparecen. La vida parece frágil pero lo que hace para aferrarse, para evitar la muerte y perdurar, a veces hiela.
Para Javiera sobrevivir fue también corromperse. Anular la mente, los límites, la ética, hasta la más vaga idea de felicidad. Quedarse solo con el cuerpo embotado por la pasta. Porque en ciertos infiernos urbanos, sólo el cuerpo puede existir, al costo terrible de quedarse hueco.
En un momento de confianza le pregunto a Javiera
¿Qué tendrías que tener para ser feliz, para salir de aquí?
-No sé, tendría que llegar a ser feliz pa saber con qué soy, feliz po.
¿Pero no hay algo que te gustaría ? ¿Plata a lo mejor?
-No, la plata culiá a mí no me hace feliz. En el momento no más me hace feliz, pero después quedo terrible triste... No sé, no se me ocurre nada.
¿Casarte, tener una familia?
-Noo, pa qué quiero familia, son puros problemas los hueones. Ahí sería infeliz, po.
¿Una casa?
-Mmm, capaz que eso, una casa, pero pa mí sola. Con más gente sería una casa feliz, pero una mujer infeliz, jaja. Noo, no sé. Total yo ando todo el día en la calle, pa qué quiero casa. De verdad no se me ocurre nada para ser feliz.
Javiera tiene 20 años. Lo mismo que la Concertación.
LOS HUEONES DE ACÁ VALEN CALLAMPA
(6 AGOSTO, POBLACIÓN LOS ANDES, PUENTE ALTO)
Estamos en el antejardín de la casa de la madre de Javiera. Ella toma una cerveza y habla de cosas sin importancia. Está contenta.
Al final de la calle viene una mujer en bicicleta con un niño sentado detrás. Es gorda, de pelo oscuro, y parece muy molesta. Se detiene justo frente a la reja. Javiera, me dice en voz baja “Yo no soy la Javiera”. Luego le pregunta a la desconocida qué necesita.
-Vengo a buscar a la Javiera, me dijeron que estaba acá.
-Y pa qué la querí.
-¿Y a voh qué te importa? Quiero hablar con la Javiera, no má.
-Ya, la vamos a ir a buscar- dice.
Nos paramos y vamos hacia la casa. Sin embargo, Javiera no aguanta la curiosidad.
-Yo soy la Javiera.
-¡Con vos quería hablar, maraca conchetumadre! Soy la Isabel, la ex del Bicho- le dice, y mete la mano a un bolsillo interior de su chaqueta como para sacar un arma.
Javiera se apura en entrar a la casa, pero antes le grita: “¡Ándate no má, yo no tengo na que hablar con voh, maraca culiá!”, y cierra de un portazo.
“Puta, no puedo pelear, porque ando con puntos, capaz que me raje”, dice Javiera entre risas, apoyada en la puerta.
Desde adentro se oyen los gritos de la desconocida. “¡Sale, hueona! Voh no me vai a venir a quitar al Bicho!”. Javiera se ve un tanto preocupada, dice: “Si quiere le corto la pichula al Bicho y se la regalo pa que no huevee”. Se sienta en el sillón y se queda escuchando.
-¡Sale a pelear, po, huacha culiá! Mira que ando cargá. ¡El Bicho es mío!- vocifera Isabel.
Javiera se ríe. Prende la tele.
-Cuando el Bicho se entere le va a sacar la chucha, la va dejar pa la cagá. Capaz que la mate. Yo sé que el hueón le va a pegar, porque a mí también me ha tocado mi parte alguna vez por andar hueviando- comenta Javiera.
A ella no le importa mucho el ser golpeada. “Igual por el Bicho pelearía, si el Bicho es terrible buen partido”, dice. El Bicho es traficante, por eso Javiera cree que con él, nunca le va a faltar nada, ni a ella ni a su hijo. Y aunque le ha pegado varias veces, sigue enamorada de él.
Unos días después, el 7 de agosto recién pasado, el Bicho la agarró a patadas. La vio conversando con el “viejo Polo” y le gritó desde el auto: “Soi terrible chata, maraca conchetumadre, ya andai zumbá ya, culiá”, Y cuando la pilló sola, la tiró al suelo. Le pateó la cara, las costillas y la arrastró. Luego la abandonó a su suerte en medio de la calle.
Javiera dice que el Bicho siempre se pone celoso, aunque no siempre la apalea tan fuerte como ahora. Esta vez “se le pasó la mano”.
Al día siguiente, el Bicho fue a pedirle que por favor no le echara a los pacos. Ella ni lo había pensado. Está acostumbrada a los golpes. Otros también le han pegado antes. Por ejemplo, el Brayan, -padre de su primer hijo- y el “chico Digno”, que varias veces le ha pedido matrimonio. Digno fue el peor, le dio un machetazo. El hombre tiene 50 años, es soltero y está enamorado de Javiera. Ella ha pensado seriamente en aceptarlo como esposo.
-Con el viejo Digno estaría tranquila, po, tendría mi casa, además me quiere caleta y estaría sola todo el mes, porque él trabaja pal sur-, reflexiona.
El día del machetazo, Javiera lo había ido a ver con su hijo Michael. Ella estaba sentada al lado del coche, en el living, cuando él le preguntó que había hecho la noche anterior. Javiera le respondió que nada, pero él no la escuchó; sacó un machete y se abalanzó sobre ella.
Javiera se alcanzó a proteger con las rodillas. El machete le dio de lleno en la rodilla izquierda. Con el hueso a la vista, huyó empujando el coche. Digno no la siguió, se sentó en el sillón, arrepentido. Javiera no lo denunció.
Brayan, el papá de Michael, también la golpeó mucho. A los pocos meses de vivir juntos le dio la primera paliza por cambiar una cadenita de oro de su hijo por pasta. Otra ocasión fue cuando Javiera fue a comprar pasta a la casa de una amiga y dejó el coche afuera. Cuando Brayan pasó, reconoció el coche y la entró a buscar. Ella se escondió por horas hasta que pensó que se había ido. Pero apenas puso un pie en la calle, él la tomó del cuello y se la llevó a patadas y combos a la casa.
-La última vez que me pegó el Brayan, el Michael iba a cumplir los tres años. La noche anterior, me había pasado treinta lucas, yo le había comprado unas cosas al Michael y el resto me lo gasté en pasta. Cuando Brayan cachó, me sacó la conchetumadre-, recuerda Javiera.
En el barrio, es frecuente ver parejas de lesbianas. Javiera cuenta que entre sus amigas hay por lo menos 10. “Es que los hueones de acá valen callampa po, son todos golpeadores, maltratan a las minas, les ponen el gorro, se acuestan con otras, entonces la mujer se aburre y prefiere andar con una mina, que no le pega y que es más cariñosa”, reflexiona Javiera.
En el barrio es tan normal que ya ninguna persona se cuestiona esto. Todas lo entienden.
“ESTOY CANSADA”
(18 DE AGOSTO, POBLACIÓN LOS ANDES, PUENTE ALTO)
Hace una semana Javiera se fugó de la maternidad. Los primeros días de alta se despierta temprano y se va al hospital para darle leche al bebé. Lo acompaña hasta el medio día, va a almorzar a su casa y regresa por la tarde. Sin embargo, esta rutina no le dura más de una semana. Las ganas de salir y quemar pasta son más fuertes y va perdiendo el interés por su hijo.
En una de sus visitas, la asistente social le advierte que no le van a entregar al niño sino se rehabilita. Le dan la posibilidad de internarse o tratarse en forma ambulatoria.
-Mi mamá me dijo que mejor me quedara adentro, porque si no voy a andar puro gastando plata. No sae ná que de allá me voy a fugar, voy a agarrar a la guagua y me voy a arrancar- anuncia Javiera.
Ese mismo día debía ir al Centro Comunitario de Salud Mental de Puente Alto y fijar una fecha para su internación. Hasta hoy ese trámite no lo ha hecho.
Peor, con los días, Javiera comenzó a desparecer de su casa tardes enteras sin pensar en su hijo. El “Viejo Polo” le llevaba papelillos y ella partía tras él. Una noche se abuenó con el Bicho y tuvieron sexo sin condón.
-¡Si no soy de fierro, po, jaja! Igual yo estaba todavía con puntos y parecía que estaba teniendo otro hijo de tanto que me dolía la hueá! ¡Me dolió más que la conchetumadre! ¡pero igual no más! -detalla Javiera.
Durante esos días, Alan sigue en el hospital, sin visitas y con las enfermeras alimentándolo y vistiéndolo. Afortunadamente el pequeño no ha presentado muchos problemas. De la mala vida de su madre sólo heredó una infección por sífilis que fue controlada rápidamente. Pero la pasta no le ha dejado daños físicos visibles, aunque es casi seguro que sí habrá secuelas en un tiempo más. El médico que lo atendió piensa que puede tener problemas de aprendizaje, déficit atencional o alteraciones motoras simples. “Claro que el caso de Javiera no es tan grave como el de otras madres”, explica el médico.
Hoy de la Javiera se sabe poco. “El otro día la vi. Por ahí andaba, zumbá”, dice una amiga. Como es quincena, el “chico Digno” y el Pelao, andan con plata y le pasan para su vicio.
El martes pasado llegó a las seis de la mañana. Su mamá se levantó a abrirle la reja. Sin saludar, se fue derecho a la habitación que comparte con uno de sus hermanos mayores. Pasado el medio día la señora María la despertó para saber si iba a ir al hospital a ver a Alan, pues ya había pasado un par de días sin que lo visitara.
- Hoy no, respondió ella.
Después de mucho insistir logro que Javiera se ponga al teléfono.
¿Cuándo vas a hacer los trámites para internarte?- le pregunto.
-No sé. Ya estoy aburrida de esa hueá ya. Más lo que me han hueviado.
¿Qué vas a hacer?
-No sé, todavía no lo he pensado. Pero el Bicho va a ir a hablar con la asistente para que le pasen al Alan. Él quiere hacerse cargo....
¿Y cuándo vas a ir a ver a tu hijo?
-A lo mejor mañana. Hoy estoy cansá.
*Periodista Universidad de Chile
The Clinic